Las tres coronas de la Virgen de la Soledad

El imparcial

En 1991 roban la corona valuada en 75 millones de pesos.

Desde su aparición el 18 de diciembre de 1620, la Virgen de la Soledad ha tenido tres coronas, una de ellas valuada en más de 75 millones de pesos fue robada en 1991 y la actual fue fabricada en el año 2000.

Datos históricos plasmados en libros de Miguel Ángel Chávez Romero, refieren que la aparición de la “Patrona de los Oaxaqueños” y protectora de los marinos, se dio en 1620 cuando a un grupo de arrieros que provenían de Veracruz, se les cruzó en el camino una mula.

“Se dice que la mula caminó junto a los animales de los arrieros que se dirigían a Guatemala y al llegar a la Verde Antequera, justamente en donde se encuentra la Basílica de la Soledad, el animal que llevaba una caja se paró y ya no quiso caminar”.

“Al ver que el animal ya no avanzaba, los arrieros solicitaron la presencia de los representantes del pueblo y de las autoridades religiosas. Al abrir la caja se percataron que adentro venía la Virgen de la Soledad, en ese momento se dio aviso al pueblo sobre la aparición”.

Chávez Romero refiere que la primera coronación de la Virgen, fue encabezada por el papa Pío Décimo, el 18 de enero de 1909, se registró la segunda coronación en 1959 y la elevación del Santuario a Basílica por el papa Juan 23 en 1960.

El maestro en orfebrería, Cristóbal Domínguez Morales, comentó que la fabricación de la segunda corona de la Virgen de la Soledad, la cual fue robada en 1991, fue encabezada por don José María Ortiz.

“Una señora que vivía en la planta baja del Marqués del Valle, a quien conocíamos como doña Rosa le regaló las azucenas, el rostrillo no sé quien lo hizo, pero la corona la hizo don José María Ortiz, yo trabajé en su taller y le ayudamos en la fabricación de la corona”.

Explicó que la corona fue adornada con rubíes, diamantes, esmeraldas y oro de 18 quilates, con un valor incalculable. “Se le puso el oro que donó la gente, el pueblo, todos los días venía un carro y se paraba en las esquinas donde anunciaba que ya venían a recolectar lo que la gente quisiera donar una cadena o aretito, lo que quisiera, la presidenta del patronato era doña Margarita Bustamante, la dueña de la Primavera”.

“Otras dos personas que tenían una farmacia en la calle de Hidalgo, las hermanas Núñez, ellas también integraban el patronato, cuando terminaban de recolectar llegaban con tenates llenos de oro y siempre estaban presentes para que se fundiera el material”.

Don Cristóbal señaló que su labor en el taller “fue darle la vuelta a la fragua y don José que siempre portaba una gorrita de esas tipo español y su puro, encabezó la fabricación de la segunda corona, la cual quedó lista después de más de 10 meses de trabajo, y se la colocaron en 1950, por los 50 años de la primera coronación que ocurrió en 1909”.

El robo y la tercera corona

32 años después, en 1991 la segunda corona de la Virgen de la Soledad, valuada en más de 75 millones de pesos, fue robada, así como las azucenas y su rostrillo.

Al no tener conocimiento de su paradero, las autoridades de la Iglesia católica iniciaron los preparativos para la fabricación de otra corona, “pero tenía que ser de mucho menos valor para que no causara esa ambición de que se la volvieran a robar”, refirió el maestro Cristóbal.

Al explicar el proceso de fabricación de la tercera corona, el maestro recordó que tuvo etapas complicadas, “porque la iba a regalar una señora que tenía una joyería en el kiosco, la conocíamos como doña Teresa”.

“Ella quería regalar una corona más sencilla para que la tuviera a diario a la Virgen, pero el Patronato quería reponer una igual a la que se robaron y hubo ciertos roces. Después el padre quería que la señora Teresa la regalara en nombre del pueblo, pero ella se opuso y dijo que no tenía por qué hacerle la barba al pueblo, porque el dinero estaba saliendo de su bolsa”.

“Ella quería que se hiciera a su nombre y comenzó a aportar, el caso es que íbamos como a la mitad cuando se peleó con el padre, entonces el padre buscó una persona que se había ido a trabajar a México y que sí le iba bien, había prometido reponer la corona a la Virgen”.

Mientras observa con mucho sentimiento la corona que fabricó hace 16 años, en el pie del altar de la Basílica de la Soledad, acompañado por su hija, Crisantema del Rocío Domínguez Vasconcelos, quien también colaboró en la elaboración, detalló lo complicado que fue llegar hasta la última etapa de su fabricación.

“El padre encontró esta persona, quien le repuso el dinero a la señora Teresa, fue todo un conflicto porque la señora ya había preparado todo para entregar la corona, hasta su calenda ya tenía preparada”.

“Aunque se hizo la corona como ella propuso de bajo quilataje, con oro de 12 y esmeraldas de 16 quilates, ya no tuvo el honor de entregarla personalmente, al final terminamos sufriendo con el recurso porque no nos alcanzó a cubrir todo lo que se había gastado, pero eso sí la hicimos con mucho amor y fe a la Virgen, a nuestra patrona”, apuntó el maestro Cristóbal.

La actual corona de la Virgen mide 32 centímetros de alto y 22 de diámetro, un peso de 2 kilogramos con 680 gramos, con un valor aproximado de 5 millones de pesos, “nada que ver con el valor que tenía la segunda corona que se robaron porque esa tenía perlas y diamantes que habían donado los marinos”.

La tercera coronación de la Virgen en el año 2000, la encabezaron el entonces arzobispo Héctor González, el obispo auxiliar, Miguel Ángel Alba y el rector de la Basílica, Heriberto Álvarez.

“Siempre tuve el deseo de hacer la corona, fue una gran alegría aportar algo para la Patrona de los Oaxaqueños”, destacó don Cristóbal.

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