Lanzan las muchas voces de Octavio Paz a través de publicación

1198214Dan a conocer el libro Octavio Paz: semblanzas, territorios y dominios, con entrevistas realizadas por Braulio Peralta y que incluye un retrato a múltiples voces

CIUDAD DE MÉXICO, 19 de abril.- Una lectura integral de Octavio Paz (1914-1998): el poeta generoso con los jóvenes escritores, el traductor riguroso e inigualable, el ensayista de polémicas opiniones políticas, el conocedor de la antropología de El laberinto de la soledad, el historiador del arte de Los privilegios de la vista, el hombre, el esposo, el maestro.

Un retrato a muchas voces del único Nobel de Literatura mexicano, galardón que obtuvo en 1990, es lo que ofrece el libroOctavio Paz: semblanzas, territorios y dominios, que incluye diversas entrevistas realizadas por el editor y periodista Braulio Peralta, lector de la obra paciana desde hace 30 años, además de textos y poemas dedicados al también diplomático.

El volumen publicado por la Fundación Iberoamericana para el Arte y la Cultura, que acaba de salir de la imprenta, es a la vez el catálogo de la exposición del mismo nombre que se exhibió en diciembre pasado en el Museo Nacional de la Cerámica, en Tlaquepaque, en el marco de la FIL Guadalajara.

El mosaico de textos y entrevistas a escritores, filósofos, críticos y pensadores como Fernando Savater, José Emilio Pacheco, Elena Poniatowska (que publica las cartas que le envió el poeta), Teresa del Conde, Carlos Monsiváis, Roger Bartra, Darío Jaramillo, Héctor Aguilar Camín, Pura López Colomé, Antonio Saborit y Víctor Manuel Mendiola, entre otros, rinden un singular homenaje al poeta de Mixcoac, de quien hoy se conmemora el 17 aniversario luctuoso.

En su presentación, el promotor Arturo Saucedo afirma que el autor de Libertad bajo palabra y Piedra de Sol fue “un gran poeta y pensador, un lector penetrante y apasionado, escritor, editor, traductor y crítico de arte. La lectura lo convirtió en guía, interlocutor y constructor de puentes culturales”, y además explica que este libro hurga en “el diálogo intelectual y estético implícito en su obra”.

El antropólogo y sociólogo Roger Bartra, por ejemplo, define políticamente a Octavio Paz como una especie de “axolote” político, es decir, “un hombre de izquierda en vías de volverse liberal, sin que esa metamorfosis se hubiera completado; el proceso de metamorfosis, pero frenada; él nunca rompió su cordón umbilical con la Revolución; en ese sentido es que era un hombre de izquierda, ligado al pensamiento revolucionario”.

Sobre el hecho de separar al hombre de opiniones políticas del creador de poemas, el historiador Héctor Aguilar Camín aclara que le gustan los dos. “Me gusta el Paz combatiente de las ideologías y el Paz adánico, transparente, de los poemas. El combate ideológico lo obligó a hacer más ajustes y reescrituras que el de los poemas. Luego de su desencuentro con la izquierda en los 70 y en los 80, ensayó corregir lo que le criticaban”.

El narrador Jorge Aguilar Mora opina que como ensayista Paz fue más consistente que como poeta. “Es cierto, quiso abarcar demasiado, y fue una pérdida. Si se hubiera limitado al pensamiento literario o a México, hubiera llegado a ser uno de los pensadores más importantes del siglo XX. Pero lo devoró la ambición. Y, él solo, sin ayuda, devoró su propia poesía, corrigiéndola sin cesar”.

Por su parte, el poeta y editor Víctor Manuel Mendiola evoca que lo conoció cuando él tenía 25 años. “Dos rasgos sobresalientes de la personalidad de Paz eran su capacidad de aprender y su juventud. Cuando estabas con él, sentías que estabas con alguien que no dejaba de aprender y que tenía la necesidad de compartir su pensamiento y, al mismo tiempo, discutir, pelear y pensar en voz alta”.

Por su parte, la poeta Tedi López Mills opina como lectora y también como seguidora. “Paz no sólo hizo escuela; creó un canon de la poesía mexicana y de la visión de lo mexicano. Tuvo y tiene múltiples discípulos y también numerosos detractores. ¿Por qué no iba a ser así? Ocurre siempre con un escritor de esas dimensiones que ocupa plenamente los espacios que además él mismo genera”.

Destaca la inclusión de la entrevista que Ana Cecilia Terrazas le hizo a Marie José Paz en 1994, cuando Paz cumplió 80 años de edad, donde la viuda revela que es “mejor esposo que escritor” y detalla su carácter en casa.

“No es convencional, no es machista, no es pedante, no es oportunista, no es prudente. No es fanfarrón, no es mentiroso, no es elegante. Es colérico (igual que yo). Es crédulo, divertido, leal, generoso, detesta la mezquindad y la lambisconería. Exigente, intransigente en el trabajo y la creación, es riguroso consigo mismo y tolerante con los demás… pero gracias a Dios ¡no es un santo!…”, apunta.

Y el filósofo español Fernando Savater recuerda la última vez que vio al poeta en 1998 en una visita que le hizo a la Casa de Alvarado de Coyoacán, que entonces era su hogar. “Octavio se encontraba ya muy consumido, prácticamente no podía hablar, y lo trasladaban en silla de ruedas sólo el par de horas al día que se levantaba de la cama. Pero, aun así, al verme me lanzó una sonrisa con el afecto y la complicidad que habíamos tenido durante muchos años. Yo no sabía qué decir, era tal la emoción que me embargaba…”.

Braulio Peralta, quien en lugar de opinar sobre el proyecto que coordinó prefiere que “hablen” sus entrevistados, comenta que “no es un libro de divulgación, sino un volumen especializado en temas como la antropología, la historia del arte, la política, la traducción, la poesía, la historia latinoamericana, todas pasiones de Paz, valioso por la gente que pude convocar”.

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