“La bella durmiente” vuelve al Castillo de Chapultepec

belladumieneLa historia que escribiera en el siglo XVII Charles Perrault, y que se estrenó casi 200 años después en un montaje dancístico con la música del compositor ruso Piotr I. Tchaikovsky, será presentada por novena temporada consecutiva por la Compañía Nacional de Danza (CND), en esta ocasión como parte de los festejos por su 50 aniversario y por séptimo año seguido en el Museo Nacional de Historia en el Castillo de Chapultepec.

Para ello, la producción del espectáculo contará con más de 150 personas, la mitad de ellas arriba del escenario; también se presentarán atractivos elementos visuales, como un carruaje de época y un caballo, además de contar con el maravilloso marco del Castillo de Chapultepec, según expresó Dieter Fischelt, promotor artístico de la agrupación, durante una conferencia de prensa.

Reconocida como uno de las coreografías más difíciles del repertorio del ballet clásico, La bella durmiente es montada por la CND desde hace siete años en el Castillo de Chapultepec. La versión actual es una adaptación que realizó el maestro Jorge Cano el año pasado, basado en la obra original de Marius Petipa.

Por su parte, Natasha Lagunas, maestra de la CND, comentó que la pieza que se escenifi cará se lleva a cabo en cuatro actos, como la más tradicional de las representaciones, pero que en este caso transcurrirá sin receso alguno, por lo su duración tuvo que dejar en poco más de una hora.

“Para todo ello -señaló- se requiere una buena técnica en todos los bailarines; es decir, un nivel muy alto, sobre todo en los solistas y los primeros bailarines, lo que se plasmará en el último acto, en el Pas de deux, que es una pieza muy difícil técnicamente”.

Natasha Lagunas comentó que para este año la producción incluyó cosas que no se aprovecharon desde la primera ocasión que se montó La bella durmiente, como ocurre en el caso de la entrada de los reyes y la princesa Aurora, que bajan por la escalinata del castillo para hacerla todavía más espectacular.

“Hace tres años estrenamos toda la realización como los más de 120 vestuarios, y los elementos escenográficos también han ido en aumento para hacer la atmósfera más intensa”, añadió.

PÚBLICO INFANTIL

Durante la presentación a los medios de comunicación estuvieron presentes Iratxe Beorlegui, quien interpreta a la princesa Aurora; Mónica Barragán, quien da vida a la Hada de las lilas, así como el actor José Luis, quién representa a Carabosse.

Mónica Barragán comentó que el Castillo de Chapultepec les permite estar más cerca del público, lo que, a su vez, representa la posibilidad de que las personas vean las reacciones de los actores, sus gestos y, sin duda, la técnica de la que echan mano para interpretar la obra.

“Estamos más expuestos, pero también tenemos el privilegio de poder transmitir con más cercanía todas las emociones, y para nosotros es muy importante trabajar esa parte artística y por supuesto la técnica”, señaló.

Para ella el público infantil es una parte muy importante de este montaje ya que los niños muestran fácilmente su fascinación por los personajes como la bella durmiente, las hadas, la caperucita roja y el gato con botas.

“Todos son divertidos, todos requieren una interpretación, y yo estoy contenta del mío”.

El espectáculo La bella durmiente, de la Compañía Nacional de Danza, se representará de miércoles a domingo del 10 al 28 de abril, en el Castillo de Chapultepec, a las 20:00 horas.

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ESPECTACULARIDAD Y ELEGANCIA

-La primera representación se realizó el 3 de enero de 1890 en el Teatro Marinsky de San Petersburgo, con libreto de Iván Vsevolozhsky, director de los teatros imperiales, y Marius Petipa, maestro de origen francés y director del ballet ruso en ese periodo. Está basada en la historia del mismo nombre escrita en 1697 por el francés Charles Perrault.

Posteriormente Los Ballets Russes de Serguei Diaghilev presentaron por primera vez la versión completa fuera de Rusia, y cautivaron al público de Londres en 1921.

Es considerado hasta la fecha como uno de los ballets más espectaculares, elegantes y representativos del estilo noble del lenguaje clásico.

Se le aprecia como una joya del ballet clásico puro y su coreografía se mantiene casi intacta. Su música es considerada por muchos como la más grande y perfecta creación de Piotr Ilich Tchaikovsky.

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