Gobierno de Cué termina colapsado y en el escándalo

1282484Ignacio Martínez Platas
AGENCIA JM
Martes 25 de octubre de 2016
Oaxaca, Oax.-
El todavía gobernador del estado, Gabino Cué Monteagudo, considerado el peor de los gobernantes que Oaxaca ha padecido en toda su historia, no solamente entregará el próximo primero de diciembre un estado colapsado financieramente, sino todas sus políticas públicas están envueltas en un escandaloso fracaso por el retroceso en el que se cayó en éste sexenio que agoniza.

A pesar de ello, hay algunas voces que tratan de defender lo indefendible y se atreven a negar que Cué Monteagudo vaya a entregar un estado colapsado, pero los resultados están a la vista, no hay obras que en verdad impacten en beneficio de la sociedad y las pocas que se encuentran en proceso, quedarán inconclusas, tal como el propio mandatario lo ha reconocido.
En lo político, en lo social y en materia de seguridad, la estabilidad de Oaxaca pende de un hilo, “Y lo que se ve, no se juzga”, pero es la desagradable y desafortunada realidad con la que todos los días nos amanecemos.
En el aspecto financiero, Oaxaca se encuentra en la más escandalosa bancarrota, inclusive hay que juntar la “morralla” para complementar para la nómina gubernamental, no hay dinero para el pago a proveedores que suman alrededor de 500 millones de pesos y lo más grave, es que muchos de los adeudos se las han etiquetado al próximo gobierno.
Otros de los casos patéticos en materia financiera, es el hecho de haber dejado sin los servicios más elementales a los cuerpos de seguridad, al dejar sin suministro de combustible a las patrullas, en las oficinas de gobierno no hay ni material de escritorio, las copiadoras sin servicio por falta de insumos, la señal de internet suspendidos, en suma, los servicios administrativos del gobierno estatal están suspendidos al cien por ciento.
Sin defender a ningún funcionario, en el caso del Secretario de Finanzas, Enrique Arnaud Viñas, todo parece indicar que es el menos responsable de la distribución y aplicación de los recursos, ya que únicamente administra el dinero que le llega, y al final del día, solamente cumple las órdenes de quien gobierna el estado y no mide las consecuencias.
Pasando al aspecto político y social, en los seis años de gobierno, Gabino Cué permitió desde el inicio de su gobierno el “poder tras el trono” lo que le restó autoridad y decisión para ejercer el mando indivisible que la Constitución marca, después vino la guerra interna por la sucesión gubernamental que finalmente puso de rodillas al gobernador aliancista con un altísimo costo político.
En el momento político decisivo pre-electoral, surgió la determinación del gobierno federal de entrar al rescate de la rectoría educativa, lo que generó el rompimiento de Gabino Cué con el magisterio de la Sección 22 de la CNTE, quienes un tiempo atrás fueron su base electoral para llegar a la gubernatura en el 2010, lo que le valió ser tachado de traidor por sus “ex -aliados”.
Al concluir con su sexenio, Cué Monteagudo está pagando un alto costo político su desmedida ambición por el poder y en estos momentos su futuro político es incierto.
Por otra parte, las relaciones del gobernador de la coalición PAN-PRD-PT-PUP y MC, con las organizaciones sociales, fue de las más cordiales, según él mismo lo festina a los cuatro vientos, lo que no explica es porque esas relaciones fueron “excelentes”, las razones…¿? fueron las millonarias cantidades que mensualmente tenían asignadas cada uno de los dirigentes de esas organizaciones .
Una prueba de ello, son los 451 millones de pesos que en los seis años de su gobierno entregó a la Asamblea de los Pueblos Indígenas, (API) y a al Partido de la Unidad Popular, (PUP), sin contar las prerrogativas que éste último recibía del órgano electoral.
Según el propio gobernador, estos recursos fueron “aplicados” en materia de proyectos agropecuarios, programas de vivienda y obras de infraestructura social básica en pueblos y comunidades afiliadas a la API y el PUP, éste es solo un ejemplo de la entrega discrecional de los recursos a las organizaciones sociales, sin importar la dispersión y la dualidad de funciones con las autoridades municipales, diputados locales.
Los pendientes que dejará el gobernador de la “alternancia” al próximo gobierno que encabezará Alejandro Murat Hinojosa, son incuantificables, sinónimos de incapacidad, falta de madurez y experiencia política, que seguramente lo llevarán al ostracismo político por el resto de su vida.
Con este fin de sexenio gubernamental y con la llegada de Alejandro Murat Hinojosa, nace una nueva esperanza en la sociedad oaxaqueña que espera una nueva forma de hacer gobierno, una nueva administración gubernamental que incluya en sus políticas públicas las demandas más sentidas de los pueblos indígenas y de quienes menos tienen.
Inclusive para la iglesia católica, “un cambio de administración gubernamental, invita a ver el futuro con esperanza, con optimismo y confianza”, por ello, lo invito, (Alejandro Murat), a no generar falsas expectativas y a estar cerca y atento a los reclamos de la sociedad oaxaqueña”, para poner fi n a la incertidumbre que se ha vivido en los últimos seis años en Oaxaca.
En suma, Murat Hinojosa recibirá un estado colapsado, sus políticas públicas convertidas en un total fracaso, uno de los estados más endeudados a nivel nacional, sin obras de beneficio social, la educación en terapia intensiva gracias al entreguismo gubernamental a la Sección 22 de la CNTE, conflictos agrarios y sociales en grave crisis y la inseguridad en su más alto índice en la entidad oaxaqueño.

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