En Huaxolotipac, más de 100 personas se reúnen para estudiar con el IEEA

IEEA (3)Comunicado

Santiago Huaxolotipac, Huitepec, Oax.- Una mañana con lluvias tempraneras no pinta como un buen aliciente para iniciar la semana. A pesar de ello, la labor educativa del Instituto Estatal de Educación para Adultos (IEEA),  en las ocho regiones del estado, no cesa.

En las primeras horas de la mañana, los técnicos docentes Érika Concepción Celis Peralta y Elder Gustavo Cantón Castillo, así como la promotora de la Villa de Zaachila, Nancy Leticia Carrillo Morales, de la Coordinación de Zona 2025 de Xoxocotlán, emprenden el viaje rumbo a la localidad de Santiago Huaxolotipac, perteneciente al municipio de San Antonio Huitepec, distrito de Zaachila.

Sinuosos caminos de terracería los separan del lugar donde nuevamente van a verificar la labor de  un Círculo de Estudio, encabezado por entusiastas jóvenes de la población.

A pesar de lo serpenteante del trayecto, admirar los bellos paisajes de poblados como San Pablo Cuatro Venados o San Miguel Peras, allá arriba, en la montaña, alivia cualquier dificultad que surja durante un viaje por esta zona.

Luego de cerca de cuatro horas de recorrido en vehículo, los anuncios a la orilla del camino indican el arribo a la agencia Huaxolotipac, ubicada a mil 796 metros de altura, cuya principal actividad productiva es la agricultura.

La llegada de los tres colaboradores del IEEA no puede ser más placentera, pues los asesores se encontraban laborando en la comunidad de mil 150 habitantes. Irma Santiago Velasco, Fredy Martínez Gutiérrez y Joel López Santiago, asesores de las microrregiones 10 y 11 reciben a Érika, Elder y Nancy con un excelente panorama.

Más de 100 educandos de la comunidad están congregados en una amplia galera construida a base de adobe, a un costado de la sede de la Agencia Municipal, en una pequeña pero arbolada ladera, la cual funge como Círculo de Estudio de la comunidad.

En las tardes, los educandos acuden entusiasmados a sus asesorías, incluso los domingos, lo cual demuestra que la educación no se limita a un salón de clases formal, pues cualquier lugar es idóneo mientras exista deseo de aprender y compromiso de enseñar.

Los visitantes constatan el entusiasmo de los educandos por continuar con su aprendizaje, así como sus necesidades en materia educativa y social, entre las que destacan apoyos didácticos y alimentarios.

De la centena de educandos, ataviados con sombreros de palma o rebozos, al menos cinco toman la palabra para agradecer la labor realizada por el IEEA al brindarles servicios educativos que mejoran sus condiciones de vida, pues desde la toma de decisiones en las oficinas centrales hasta la paciencia y dedicación de sus asesores, implican un gran esfuerzo que reditúa en la reducción de los índices de analfabetismo y rezago educativo en Oaxaca.

Asimismo, los técnicos docentes y la promotora verifican los frutos que han forjado los seis meses de dedicación de los asesores, que con apoyo de los habitantes de la Agencia Municipal, han sacado adelante al grupo de estudios, uno de los más numerosos en el estado.

Los educandos califican a sus asesores, como personas pacientes, dedicadas y dinámicas. Pacientes porque no pierden la vocación y entusiasmo de enseñar aún con la gran cantidad y diversidad de edades de los estudiantes; dedicados, ya que se concentran en su labor y la realizan de manera correcta; y dinámicos porque a pesar de la difícil orografía del lugar, apoyan a algunos educandos en sus hogares, por las dificultades de movilidad y asistencia (por la edad, enfermedad o discapacidad) al Círculo de Estudio.

De igual forma, al menos veinte personas se muestran interesadas por los servicios que presta el IEEA  y se acercan a preguntar, ya sea en mixteco o español, los requisitos para ingresar.

Al terminar el tiempo de asesoría, tres educandos de la ranchería “Timbre” invitan a los visitantes a conocer sus hogares. Caminando sobre la montaña, las tenaces mujeres abren las puertas de sus hogares, muy sencillos pero con calor humano.

La señora  Nola Velasco, quien está en proceso de alfabetización, muestra su vivienda: pequeña y con carencias, pero con una vista envidiable, en la que habita en compañía de su perro, con escasa pertenencias, entre ellas utensilios de cocina, montículos de totomoxtle, material de siembra y lo principal: sus libros que son su mayor tesoro.

En tanta, doña Candelaria Hernández Rodríguez, hablante de mixteco y en proceso de alfabetización, muestra su morada rodeada de nopaleras y espinos. Tras un deslave, parte de su casa quedó averiada por lo que el espacio para realizar sus actividades diarias quedó reducido, así como parte de sus bienes se echaron a perder.  A pesar del doloroso recuerdo, doña Candelaria continúa cosechando sus alimentos y acude a sus asesorías sin falta.

El recorrido concluye con la visita a la casa de la señora Lucina Gutiérrez Morales, estudiante de nivel primara. Ella tiene dos hijas con discapacidad y tres más (dos niños y una niña). Sin embargo, acude a sus asesorías con dos fines: tener herramientas para poder dar mejores condiciones de vida a sus hijas y apoyar al resto en sus tareas escolares.

Con la cosecha de maíz, los habitantes de Huaxolotipac obtienen ingresos para dignificar la vida de su familia. Muchas viven en un solo cuarto; otras cuentan con piso de cemento y al frente está la cocina con un fogón y un molino manual para el nixtamal.

Al concluir la visita, tanto visitantes como anfitriones se fundieron en admiración mutua y buenos deseos para que se continúen construyendo historias de vida trascendentes y ejemplares a través de la educación, y que conociendo de este ejemplo, otros oaxaqueños y oaxaqueñas se motiven a mejorar sus condiciones sociales, donde la educación es la clave del desarrollo.

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