El peligro en trabajos doméstico y sexual

Como cada lunes desde hace 12 que acude esporádicamente a la casa de la señora Flor, en la Colonia América, a encargarse de las labores domésticas, Laura “N” empezó cambiar la ropa de cama de las habitaciones.

Al bajar de la planta alta al cuarto de lavado resbaló por la escalera, sin nadie que le auxiliara ni seguridad social para acudir a un área de urgencias de algún hospital.

“Mi patrona estaba ocupada en su trabajo, logré que una comadre viniera a auxiliarme porque no había nadie en la casa y yo no tenía dinero ni para una pomada”, reconoce una mujer de origen mixteco que llegó a la ciudad de Oaxaca a emplearse como trabajadora doméstica, la única aspiración para sopesar la pobreza que sólo le permitió concluir el tercer año de primaria.

La caída le dejó intactos los huesos a Laura, pero el dolor de cuerpo la persiguió varios días, sin que pudiera suspender sus visitas a otras dos casas donde por trabajar más de ocho horas recibe a lo mucho 250 pesos, “dependiendo si también lavó o planchó”.

Lo que no se reconoce

Su relato refleja los riesgos que enfrentan las mujeres en el ámbito laboral, los cuales para la psicologa social y sexologa educativa, Aurea Ceja Albanés, están invisibilizados.

“El riesgo no es por lo que hacen las mujeres, sino en el contexto que las pone en mayor vulnerabilidad”, aclara y de inmediato reconocer que el trabajo sexual es también otra actividad de mucho riesgo para las mujeres, riesgo del que muchas veces se les responsabiliza a ellas por elegir esa ocupación.

“Las actividades laborales que tienen que ver con el trabajo a partir del cuerpo, incluyendo el sexual, hace a las mujeres más susceptibles de enfrentar violaciones sexuales muchas veces encubiertas, en espacios donde las mujeres se quedan solas en casa y pueden ser víctimas de acoso por los patrones o hijos”, resalta.

Por la falta de reconocimiento de trabajo como tal, tanto las empleadas domésticas como las sexuales representan para Jessica Ivone García Zárate, integrante de Red Chimalli por el Derecho de Todas y Todos, las ocupaciones donde las mujeres pueden estar más inseguras.

Menos derechos es más dinero

“Entre menos derechos tengan, más ganancia hay para quienes las emplean” y un ejemplo es el caso de Wendy “N”, quien la noche del pasado viernes fue rociada con gasolina por un cliente que le prendió fuego en el bar Los Faroles en la Villa de Etla.

Lamentó que no exista un recuento oficial de parte de las instituciones de las agresiones en el contexto laboral, mucho menos de quienes son explotadas sexualmente o ejercen la prostitución “donde no existen derechos de ningún tipo”.

Sin embargo, para ambas activistas los riesgos laborales que enfrentan las mujeres están presentes en todos aquellos empleos donde la salida se da en horario nocturno o de madrugada, implica viajar solas o convivir en un ambiente predominado por hombres, como las ingenierías.

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) ubica a las ingenierías como la química, industrial, mecánica o de vehículo a partir del lugar número 38 por el porcentaje de participación de mujeres, inferior al 50 % y en algunos casos de apenas el 3.5 %.

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