EJERCICIOS PARA INICIAR EL AÑO DEBEN REALIZARSE CON MODERACIÓN

ejercicioComunicado

  • El IMSS llama a evitar lesiones al realizar movimientos bruscos.

Iniciar el año con una buena condición y apariencia física es uno de los  propósitos más comunes, por ello la delegación en Oaxaca del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) llama a la población poco acostumbrada a realizar esfuerzo físico a tener cuidado al efectuar algún movimiento violento o brusco que pueda desencadenar una contractura o lesión muscular.

De acuerdo con el médico del IMSS, Miguel Ángel Altuzar Figueroa, las contracturas más frecuentes y al mismo tiempo las menos graves, se presentan cuando se fuerzan determinados músculos o grupos musculares que no están entrenados para ello. Así mismo las personas mayores son susceptibles de sufrir este tipo de dolencias, debido a que existe una pérdida general de elasticidad en todas sus articulaciones y grupos musculares, que forma parte del proceso de envejecimiento.

Iniciar de forma gradual y progresiva es muy importante para reducir el riesgo de sufrir alguna lesión. Para realizar una rutina efectiva de ejercicio lo recomendable es empezar con una actividad cardiovascular de 30 a 45 minutos al día, al menos tres veces por semana a un ritmo constante, lo cual ayudará a eliminar el exceso de peso, mejorar la tenacidad muscular y flexibilidad, además de reducir los riesgos de padecer osteoporosis.

Es importante que, cualquiera que sea la actividad que se realice, se practique con las precauciones necesarias, como por ejemplo protectores de rodillas, codos, etc. Así mismo es fundamental consultar a un médico antes de embarcarse en cualquier tipo de programa de ejercicios, especialmente si la persona posee algún tipo de trastorno físico u orgánico, como por ejemplo problemas cardiovasculares, diabetes, alta presión arterial, problemas en los huesos o asma.

Altuzar Figueroa refirió que existen dos tipos de contracturas musculares: aquellas que aparecen cuando se está realizando un ejercicio, y las que se presentan con posterioridad al esfuerzo. En el primer caso, cuando se realiza un movimiento intenso e inesperado ocurre que, por un lado, los vasos sanguíneos no están desarrollados o dilatados lo suficiente para poder nutrir el músculo que trabaja y, por otro, son insuficientes para limpiar las fibras musculares de los desechos tóxicos que producen; es por eso que cuando se liberan estos elementos provocan dolor y contracturas en el músculo afectado.

Otra forma también frecuente de contractura es la del segundo tipo, que aparece después del ejercicio físico, por lo general provocada porque alguna de las fibras musculares ha sido distendida o sometida a un trabajo excesivo.

Cuando se da una distensión excesiva, o un traumatismo directo, pueden provocar lesiones; en la mayoría de los casos el tejido lesionado se repara en pocos días o, en los casos más graves, en dos o tres semanas, desapareciendo el dolor y la dificultad para moverse.

Entre las causas de las contracturas, depende del lugar donde ésta se encuentre, por ejemplo, en el cuello son causadas por giros bruscos, traumatismos en la cabeza o alteraciones en las articulaciones intervertebrales; en la espalda se dan por curvaturas excesivas de la columna, o llegan a ser causadas por artritis de columna, el lumbago y la ciática.

Los hombros, brazos y manos son zonas muy propensas a sufrir contracturas causadas por torceduras, esguinces, artritis u otras inflamaciones articulares, posturas anómalas, cambios climáticos o exposición prolongada al frío o humedad desacostumbrados. Por último, en las piernas, caderas y rodillas pueden darse por lesiones en los meniscos –almohadillas cartilaginosas ubicadas en el interior de la rodilla–, esguinces, posturas forzadas o tendinitis, que es la inflamación de los tendones.

Para prevenir las contracturas es aconsejable practicar ejercicios desde la juventud y mantenerlos, de forma moderada, durante la madurez. También es recomendable realizar un calentamiento previo a cualquier actividad deportiva, y un enfriamiento posterior a ella, tiempo durante el que se reduce de forma gradual la actividad hasta darla por finalizada.

El médico especialista del IMSS mencionó que el reposo, ya sea absoluto o evitando los movimientos de los músculos afectados, puede ser suficiente para solucionar una contractura muscular; si también están afectadas las articulaciones, conviene ejercitarlas con movimientos lentos. En dado caso, es importante consultar con su médico para evitar complicaciones en su lesión, y si hay mucho dolor, éste considerará el uso de analgésicos o antiinflamatorios, además de terapias.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button