Cuenta Sedesol con una amplia red de apoyo y protección para mujeres vulnerables

sedesol ·         El Indesol brinda ayuda jurídica, médica y psicológica a fin de atender, prevenir, disminuir y erradicar los índices de violencia contra ellas y sus hijos e hijas

·         La violencia intrafamiliar lastima la dignidad humana e impide el pleno desarrollo del país.

Gracias a la participación decidida de las Organizaciones de la Sociedad Civil e Instituciones de Educación Superior y Centros de Investigación, la Secretaría de Desarrollo Social del Gobierno de la República, (Sedesol) cuenta con una amplia red de apoyo y protección para las mujeres en estado de vulnerabilidad.

En muchas ciudades del país hay refugios, casas de tránsito, centros de atención externa, unidades móviles, módulos de orientación, líneas telefónicas, ventanillas de información y otras modalidades de atención especializada para mujeres, hijas e hijos, que viven en violencia.

Todo ello, mediante el apoyo a los proyectos impulsados por el Instituto Nacional de Desarrollo Social, perteneciente a la Sedesol para brindar ayuda jurídica, médica y psicológica a fin de atender, prevenir, disminuir y erradicar los índices de violencia contra ellas y sus hijos e hijas, especialmente de aquellas en situación de pobreza y vulnerabilidad.

De esta manera, la dependencia federal fortalece su estrategia para desalentar la violencia en contra de las mujeres, y de esta manera impulsando acciones preventivas a favor de este sector.

La Secretaría de Desarrollo Social, cree en la necesidad de fortalecer a las mujeres y, a través de diversos programas, las atiende de manera integral para promover su participación.

A través del Programa de Atención a Instancias de Mujeres en las Entidades Federativas se ha apoyado a miles de mujeres en condición de pobreza que no cuentan con recursos materiales y redes sociales para ejercer sus derechos.

Igualmente, con el Programa de Coinversión Social se han apoyado proyectos que han presentado los centros de investigación que buscan generar conocimiento del problema de la violencia, valorar las acciones emprendidas y proponer nuevas estrategias a fin de rediseñar la política pública en materia de atención integral a los derechos humanos de las mujeres.

La violencia intrafamiliar lastima la dignidad humana e impide el pleno desarrollo del país, porque las mujeres, indígenas, trabajadoras, amas de casa, profesionistas, son la fuerza fundamental para el progreso del país, especialmente aquellas que son jefas de familia y tienen que trabajar dentro y fuera de casa para sacar adelante a sus hijos e hijas.

Matilde, originaria del estado de Guanajuato, durante muchos años se refugió en el falso consuelo de sus pequeños hijos y escondió los golpes de la cara y el cuerpo con un exagerado maquillaje y vestimenta larga.

Incluso, no hizo nada para modificar la situación, ni siquiera después de que fuera llevada grave al hospital.

El maltrato y las golpizas fueron constantes. Fue educada por sus padres para “respetar” a su pareja, para ser ama de casa, para criar a los hijos. Apenas terminó la primaria en su pueblo, pero en sí desde niña ya había aprendido a planchar, a cocinar y a lavar la ropa.

De joven no pudo vestirse con lo que le gustaba y tenía prohibido ir a fiestas que no fueran familiares. Ni se diga tener novio o voltear a ver a algún joven.

Y lo aceptó, porque así era la vida que sus llevaban sus finados papás. Eran el ejemplo y tuvo que obedecerlos.

Y así lo hizo durante años.

Matilde era pobre, vulnerable, frágil.

Pero un día se enteró de que ella, como mexicana valiosa, era el centro de atención de todo un andamiaje institucional para apoyarla y protegerla. Y no lo dudó.

Como un caso de telenovela o de nota periodística, -“nunca pensé que me pasaría a mí”, reconoce- aprovechó que no estaba su esposo en casa, tomó a su hijos, guardó en una maleta un poco de ropa de todos, y traspasó la puerta de su infierno hogareño. Huyó, pues, de su casa, que no era otra cosa que un infierno junto a su pareja.

Decidida a cambiar su historia de vejaciones se dirigió a un módulo de orientación y atención, de donde la llevaron a un refugio. Al tiempo, al igual que sus hijos, recibió atención médica, psicológica y jurídica.

Entres otras cosas, allí aprendió lo que es el respeto de los derechos humanos de las mujeres y recibió el apoyo y orientación para integrarse a la sociedad de manera productiva.

Hoy vive en otra localidad de México y trabaja en una fábrica de ropa industrial. Ahora su única preocupación ahora llevar el sustento a casa y tener tiempo para convivir con sus dos hijas, en un ambiente de amor y tranquilidad.

 

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