‘Corredor de la muerte’ en Veracruz

MILENIO

Habitantes de Ciudad Mendoza, Acultzingo, Maltrata, Córdoba y Orizaba viven con miedo por lo que ahí sucede.

Es un corredor de la muerte en Veracruz, donde la delincuencia se mezcla con la policía. La gente que vive en las comunidades cercanas a los municipios de Ciudad Mendoza, Acultzingo, Maltrata, Córdoba y Orizaba tiene miedo de denunciar lo que ahí sucede.

La desaparición forzada de Juan Arturo Méndez no es la única ni la primera en esa región; sin embargo, la denuncia pública de su familia hizo que el caso se convirtiera en la primera desaparición forzada acreditada por la fiscalía del estado y cometida por policías municipales y estatales, durante la presente administración.

“Lo único que queremos es la seguridad de salir a la calle con nuestros hijos. El caso no es el primero ni el único”, relata una persona cercana a la familia de Juan Arturo, quien rogó mantener el anonimato debido al terror y la zozobra en la que viven.

El joven de 25 años, quien era responsable económicamente de su madre y dos hermanos llegó el 21 de febrero a Córdoba, estaba trabajando cuando desapareció. La declaración de un testigo que observó cómo fue subido a una patrulla del Mando Único en ese municipio se convirtió en la prueba para que un juez de control dictara prisión preventiva al comandante de la policía auxiliar municipal de Córdoba, Misael Jiménez, así como al subdelegado del Mando Único en Córdoba, Patricio Lagunes, además de los policías Rubén Hernández Sánchez, Luis Peñaloza Hernández, Ricardo Díaz Trujillo, Francisco Hernández Morales, Martín Muñoz Flores y Raúl Gutiérrez Toledo.

Juan Arturo apareció muerto a la orilla del río Blanco. Su cuerpo mostraba numerosos golpes en la espalda y costillas. Un día después de que su familia lo reconociera en la morgue, fueron detenidos los primeros ocho policías, tres días después, otro más.

El gobernador Miguel Ángel Yunes advirtió que su gobierno no permitirá casos como el de Juan Arturo y que la propia policía sea responsable de la violación de los derechos de las personas y atribuyó el hecho a elementos del Mando Único que aún permanecen en la corporación desde que Arturo Bermúdez, ex secretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Javier Duarte, estaba al frente de la dependencia.

Con el nuevo gobierno se ha acreditado que a cargo de Bermúdez había un grupo de uniformados que se dedicaba a detectar, detener, torturar y desaparecer forzadamente a personas. Por estos hechos hasta ahora hay 19 personas sometidas a procesos penales, entre ellos el propio ex funcionario.

De acuerdo con el testigo, escuchó como el joven, quien en primera instancia fue detenido y llevado a las instalaciones del Mando Único, fue llevado a una casa abandonada en Rancho Trejo, donde fue torturado. De acuerdo con la necropsia practicada, el joven llevaba varios días muerto cuando fue arrojado al río. Ahí apareció el viernes 3 de marzo, 10 días después de que se le vio por última vez con vida.

La madre de Juan Arturo pidió ayuda de su familia y conocidos para buscar a su hijo, pero después de recibir maltratos de la policía, denunció ante la fiscalía y tuvo que esperar hasta que ese viernes le llamaran para que fuera a reconocer el cuerpo del joven.

“La mamá pidió a la entrada que le dieran información de su hijo, pues se pusieron muy renuentes, fue un maltrato a la señora, nos dolió verla ahí, sentada, llorando, suplicando y esas personas hasta burlándose de su dolor, inmediatamente le dijeron: marquen al 911 y busquen ahí, el mismo policía le dijo: pongan su denuncia, en ese momento la señora se fue a denunciar, y pues sí, a partir de ese momento ya no se supo nada hasta los 10 días, cuando apareció muerto”.

Relata que aun después de haber encontrado muerto a Juan Arturo, la familia y los amigos del joven han sido acosados por la policía que ha vigilado sus movimientos. “Tenemos miedo de que esos policías que fueron detenidos tengan gente afuera y sea la que nos vigilia”, cuenta tras señalar que en ese corredor de la muerte la gente sale a trabajar y ya no regresa.

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Con información de: Isabel Zamudio

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