Aprende sobre lo que compras: ¿te conviene comprar medicamentos genéricos?

CIUDAD DE MÉXICO.- ¿Por qué algunos pacientes y médicos no confían en los medicamentos genéricos?, ¿es esto desconfianza con fundamento o sólo es nuestra imaginación?

De acuerdo con un reportaje publicado en la página del Conacyt, mucho de lo malo que creemos de los medicamentos genéricos carece de argumentos válidos.

Para que un medicamento genérico pueda venderse como uno que asegura la misma efectividad de uno de patente, tiene que demostrar su bioequivalencia ante la Cofepris.

Si es bioequivalente, el medicamento es un genérico real y tiene el mismo efecto terapéutico que el de patente.

La importancia de los medicamentos genéricos recae, principalmente, en su precio al público. De acuerdo con el reportaje son, en promedio, 5.5 veces más baratos, según un estudio citado de la Fundación Mexicana para la Salud, A.C.

Otro de los puntos importantes que se destacan es el uso de medicamentos genéricos en casi todo el mundo. “El sistema de genéricos no es un invento mexicano, la Organización Mundial de la Salud (OMS) promueve su uso y se aplica exitosamente en países altamente tecnificados”.

En 2013, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) reportó que Estados Unidos, Reino Unido y Alemania eran los países con el mayor consumo de genéricos, pues en estas naciones más de 80% de los medicamentos que se compran son genéricos”.

Su uso en México no es poco, pues se subraya que, según un estudio de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), en México, 71% de los medicamentos que se vendieron en 2015, en farmacias y hospitales privados, eran genéricos. Y sumando las compras del sector público, estos medicamentos alcanzaron 80% del volumen de medicamentos vendidos en el país.

Sin embargo, y a pesar de estos hechos, ¿por qué persiste la desconfianza hacia los genéricos? De acuerdo con los datos recogidos en el reportaje, podría pensarse que los médicos reciben “un estímulo económico por parte de las empresas farmacéuticas, tal como se observó en el estudio realizado en España con el título ‘Genéricos: ¿buenos o malos?’”.

No es un secreto que las compañías farmacéuticas bombardean a los médicos de publicidad, con lo que, probablemente, los profesionales de la salud pierdan sensibilidad ante la situación económica de sus pacientes.

Según un testimonio citado por Amapola Nava, autora del reportaje, “en gran medida la industria te va formando, te va llevando de la mano. Te ofrecen cursos, congresos… Se llama free lunch a todas las estrategias que usan las farmacéuticas para influir en la forma en que prescribes. Desde la plumita que te dan te van diciendo: ‘Esto es mejor, esto es mejor, esto es mejor’, entonces el médico se forma con la idea de que el medicamento de patente es mejor, y esto no necesariamente es así”.

Y este es un caso especialmente preocupante en un país en el que 53.4 millones de personas viven en situación de pobreza y 9.4 millones de personas viven en la pobreza extrema.

Las consecuencias de prescribir medicamentos de patente o de sólo confiar en ellos radican en muchas situaciones adversas:

-Cuando el paciente no tiene dinero para pagar el medicamento, es probable que no complete el tratamiento y se arriesgue a que su padecimiento se complique

-También puede automedicarse con fármacos que le recomienden o que ‘suenen’ parecido al que le recetaron

Puede buscar el medicamento en mercados informales y arriesgarse a que le den una copia

-Puede endeudarse por conseguir lo que le prescribieron

Hoy, en 2018, todo lo que es una versión genérica de un medicamento debe tener pruebas de bioequivalencia e intercambiabilidad ante la Cofepris y, en teoría, ya todos los genéricos, sean de marca o de una cadena de farmacias, tienen un respaldo de que son genéricos verdaderos”, explica el texto.

Entonces, ¿genérico o de patente?
En México, no es obligatorio que los médicos escriban en sus recetas la denominación genérica del medicamento que prescriben, entonces, la decisión de dar un medicamento de marca a un paciente recae por completo en el profesional de la salud, explica Amapola.

Es difícil que el paciente se sienta con el conocimiento y la autoridad necesaria para pedir al médico que le recete un medicamento más barato o que le dé la opción de elegir entre genérico o innovador”.

Pero también es difícil que las farmacéuticas informen de a los médicos de las consecuencias de prescribir sólo medicamentos de patente.

Por lo pronto, hay algunas opciones para todos:

– Si tienes los recursos y prefieres comprar medicina de patente, hazlo.

– Si no tienes los recursos o no quieres pagar por un medicamento de patente, puedes exigirle a tu médico que te recete la denominación genérica. Estás en tu derecho y no tienes obligación de adquirir un producto que no deseas.

– Por otro lado, si tienes desconfianza de ciertas cadenas de farmacias, recuerda que hay más opciones de cadenas en el país que te brindarán otros genéricos.

Pero, sobre todo, no te automediques ni compres en farmacias, establecimientos o con personas de dudosa procedencia.

 

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