Ante el desastre, Acuerdo por Oaxaca con Murat

(A mi amigo-hermano Gerardo Viloria Varela por el título de “Doctor Honoris Causa” y la Venera de la Institución que le otorga mañana el Claustro Doctoral Iberoamericano, en la Sala de Conciertos “Elisa Carrillo”, del Centro Cultural Mexiquense Bicentenario. ¡Enhorabuena!)

Es innegable que el éxito en la vida se construye. Durante mucho tiempo los seres humanos se han preguntado y han buscado una fórmula para triunfar en la vida. Y, finalmente, ser felices.
Ésta última, salvo su mejor opinión, querido lector, es la única obligación que tenemos para con Dios y para con los hombres. Para con nuestra conciencia, con nuestra familia y con la historia.
A nuestro juicio, jamás debemos olvidar que tenemos la obligación de heredar un nombre a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos del que se sientan orgullosos y no se avergüencen.
A nuestro leal saber y entender sí hay una fórmula para triunfar y ser exitoso en la vida. Y ésta es, preparación escolarizada o no, ésta última de manera sistematizada, vía la lectura cotidiana.
Trabajo más que los demás. Ahorro e inversión diversificada. Y, sobre todo, relaciones y amigos. Se hace política, se gobierna y se hacen negocios, legales e ilegales, con los amigos.
Ejemplo concreto que el éxito se construye es Alejandro Murat. Claro que mucho influye el ambiente familiar, porque la educación, como formación integral con valores, se mama.
No es el único ejemplo, indiscutiblemente, pero la referencia es obligada para entender sus primeras acciones y decisiones políticas al haber nacido y crecido abrevando en la política.
Ante el total desastre que deja el desgobierno de Gabino Cué, efectivamente, el punto de partida para encontrar la solución a los múltiples y complejos conflictos, es un Acuerdo por Oaxaca.
En la formación política de Alejandro hay un antecedente trascendental que es importante rescatar. José Murat Casab estuvo a punto de firmar un Pacto de Paz con la guerrilla del EPR.
Con el apoyo e interlocución del arzobispo Bartolomé Carrasco Briseño con el grupo armado en cuestión, su padre, hiló fino el acercamiento, diálogo y negociación con los alzados en armas.
Es de lamentar que días antes de la firma del Pacto de Paz en cuestión la muerte de monseñor Carrasco Briseño arrebatara de las manos al entonces gobernador de Oaxaca esa posibilidad.
De firmarse el Pacto de Paz con el Ejército Popular Revolucionario, José Murat hubiera logrado lo que finalmente no se consiguió en Chiapas con los Acuerdos de San Andrés, con el EZLN.
José Murat se adelantó casi dos décadas antes del Acuerdo de Paz en Colombia con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) con el presidente Juan Manuel Santos.
El Pacto de Paz con la guerrilla del Ejército Popular Revolucionario seguramente sentaría un precedente altamente positivo continentalmente y quizás ganar el Premio Nobel de Paz.
A 17 años de la muerte de Carrasco Briseño, el 7 de enero de 1999, y a 12 años del fin del gobierno de José Murat, hoy, Alejandro, puede hacer realidad un nuevo Pacto Social en Oaxaca.
Indispensable es que Alejandro Murat fortalezca y consolide la confianza y credibilidad con el pueblo, a fin que se blinde socialmente y evite ceder a las presiones y chantajes de la CNTE.
El permanente diálogo para atender las demandas de los diversos sectores sociales, sobre todo, productivos, impedirá su secuestro por las organizaciones radicales como ocurrió a Gabino Cué.
Horas antes de tomar posesión como gobernador constitucional, Murat afirmó que para cambiar la realidad de Oaxaca, se requiere de la más amplia voluntad política de todos los actores.
Enumeró: El Gobierno, las organizaciones sociales, sindicales, campesinas, universitarias, intelectuales, artísticas, de transportistas; de los pueblos originarios y del sector empresarial.
Desde el primer minuto de su gobierno les convocó para juntos hacer realidad el desarrollo de Oaxaca, que parte del diálogo como instrumento por excelencia de la política para generar consensos que se traduzcan en acciones concretas para resolver las múltiples necesidades y problemas de nuestro Estado.
Mi Gobierno manifiesta la más amplia apertura al diálogo respetuoso e incluyente para todas y todos los oaxaqueños dispuestos a construir un mejor destino para Oaxaca.
Por lo tanto, convoco a todos los actores a construir un gran Acuerdo por Oaxaca, que nos permita encontrar, mediante el diálogo, las mejores propuestas de solución a los profundos rezagos que hieren y lastiman a los oaxaqueños.
En conferencia de prensa reiteró que recibe un estado colapsado económica y socialmente. La grave situación del sector salud, de la seguridad pública, los transportistas, los conflictos universitarios, los conflictos de límites territoriales y la extendida ineficacia en la ejecución de las acciones de Gobierno tiene al Estado en situación de desastre.
Reiteró que del caos que enfrenta Oaxaca han dado cuento inclusive, los distintos medios de comunicación. Ello representa un reto sin precedentes, obligándonos a trabajar de manera inmediata y sin descanso en las diferentes áreas que requieren atención prioritaria, en conjunto con toda la sociedad oaxaqueña.
Por ello he tomado las siguientes decisiones: No habrá ningún otro evento de celebración de su toma de protesta porque hoy Oaxaca no está de fiesta; porque Oaxaca hoy inicia con una profunda etapa de transformación y de inmediato me concentraré en atender los asuntos urgentes del Gobierno.
Convocó a la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación para que ayer mismo sostuvieran una primera reunión de trabajo para atender en lo inmediato los temas que aquejan al sector educativo de Oaxaca.
También convocó a los empresarios y a los sindicatos; a las organizaciones sociales, culturales y académicas de Oaxaca –en síntesis a todos los oaxaqueños- a instalar a partir de mañana una mesa de trabajo para definir la Agenda prioritaria para la reactivación del Estado.
El objetivo es construir una ruta de trabajo para dar atención inmediata a los sectores más sensibles que se refleje en la conformación del Plan Estatal de Desarrollo.
Ratificó que su gobierno será un gobierno para todos los oaxaqueños; incluyente y respetuoso. Su prioridad es lograr la reactivación económica; la paz social y restablecer el diálogo que genere los consensos que demandan los oaxaqueños.
Por los profundos rezagos y complejos retos del Estado, tiene el compromiso y la convicción de trabajar desde el primer minuto de su Gobierno a favor de cada una de las comunidades y familias oaxaqueñas.
Recordó que durante su recorrido por todas las regiones del estado, pudo conocer las necesidades que aquejan a los oaxaqueños en las comunidades más apartadas y marginadas. ¡A trabajar, pues, todos por Oaxaca!

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